Este ejercicio me costó bastante, o mejor dicho se me dificultó aceptar que mi resultado no era el que esperaba. Reflexionando un poco me doy cuenta de que me confundí al concentrarme en el final y no en el proceso, pero de los errores se aprende.
El año pasado en la compartida final del taller de prospectiva resumí lo que más me quedaba en una frase: me tengo que concentrar en el proceso y no en el resultado. Hoy con este ejercicio vuelvo a lo mismo, además de recordar esa lección también puedo recuperar el no juzgar mi trabajo final con lo que creía que iba a hacer, porque nunca va a salir así. Lo que cree en mi cabeza antes de empezar no va a llegar a ser el resultado, y está bien porque si sería así significa que no lo mejoré en el trayecto.
Frustrase es parte de aprender y si pasa algo estás haciendo bien, te estás empujando a nuevos lugares. A veces no sale bien, pero nada va a ser peor que el no intentarlo. Si bien hoy me frustre cuando no me salió lo que quise, respiro y pienso:
“Roma no se hizo en un día”
Para mi diseño es un recorrido. Se engancha un poco con lo que hable anteriormente, diseñar es crear la mejor opción, por ende, no va a salir de una. Para poder diseñar uno tiene que pasar por un montón de etapas, incluso no lineales, va a tener que ir y volver, no se cierran las puertas con llave. Si bien la idea de proceso me estresa, siempre da los mejores resultados.
Antes de empezar diseño yo era muy determinante, pero con los talleres anteriores fui aprendido lo satisfactorio que es el recorrido, como uno aprende y crece gracias a no cerrarse. De una manera desaprendí eso que lamentablemente el colegio me transmitió: aprobá el examen y ya esta.
Iteración para mí es un misterio, un nuevo laberinto al que estoy entrando. Creo que recién a final de cursada voy a poder decir realmente que es, por ahora simplemente me queda confiar.
Acá va el proceso del ejercicio: (y se puede notar como mi escritorio se va manchando al nivel de tener que cambiar de lugar).
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